Logorama

Logorama es el corto de animación que ha resultado galardonado este año en los Oscars, después de haber recibido otros muchos premios a lo largo del año pasado. La particularidad del corto es que los objetos, personajes y escenarios del mismo han sido elaborados partiendo de más de 2500 logotipos. La idea ha sido desarrollada por el estudio francés H5 conocido por la realización de videoclips para artistas como Alex Gopher, Massive Attack o Röyksopp entre otros. El resultado desde el punto de vista técnico y estético es curioso y se ve que hay un importante trabajo de producción detrás.

Nicolas Schmerkin, director del cortometraje, es un realizador argentino radicado en Francia desde su infancia. Schmerkin, plantea con su corto una ácida critica al consumismo actual y tal vez también al product placement al que estamos ya más acostumbrados de lo que nos gustaría.

Logorama by H5 from Grafik Magazine on Vimeo.

Por su parte, Ludovic Houplain, fundador de este estudio francés, cuenta que con Logorama no pretendían hacer “una pieza artística”. La intención era crear una historia que “cualquiera pueda ver y disfrutar”. Según leemos en una entrevista publicada en Yorokubu cuando se le pregunta sobre como surgió la idea del corto:

La primera vez que me vino esta idea fue después de realizar el videoclip El niño. Lo hice con Antoine Bardou Jaquet en 1999. Diseñamos un mundo en el que sólo había tipografías. Nuestra compañía de producción de aquella época, Mini Minuit, nos propuso hacer un clip para el grupo francés Telepopmusic. Ya entonces propuse hacer un corto con logotipos americanos y rusos. La idea era establecer un duelo Este-Oeste mediante sus logos y expresar así el choque entre las 2 culturas y las 2 superpotencias. Pero el proyecto hizo aguas.

Durante 2 años trabajé con mi hermano Cyril Houplain en la búsqueda de logos de distintas épocas y durante un año el proyecto quedó en stand-by. Después de una ceremonia de MTV nos propusimos hacer un clip para George Harrison. El quería un videoclip que criticara la sociedad de consumo. Después readaptamos la idea con Hervé de Crécy y la ambientamos en Nueva Orleans. La ciudad constituida completamente por logotipos era arrasada por un ciclón. Las calles quedaban inundadas, los logos eran arrancados de su lugar y arrastrados por la corriente.

La compañía discográfica quedó encantada con el trabajo pero nos preguntó: ¿Cómo podéis hacer para diseñar todos estos logotipos falsos? Y nosotros dijimos que no tenía ningún sentido si los logos no eran reales. Cuando George Harrison murió, pensé que era el momento de retomar la idea y no venderla jamás. H5 produciría la película. Nicolas Rozier y yo buscamos a los productores capaces de hacer una película así sin ningún tipo de censura. Dimos con Nicolas Schmerkin, de Minuit Production, y junto a él encontramos a los partners financieros, Mikros Images, Addict y Canal+.

Empezamos a producirla en 2006. Queríamos crear una instantánea real de la sociedad contemporánea a través de sus dos vectores más poderosos, los logotipos y los medios audiovisuales. Es, de alguna manera, una extensión del pop-art.

A nosotros el resultado nos ha parecido interesante aunque la historia, o la falta de ella, nos ha dejado bastante fríos.