Si hay un sector en el que el big data –ese conjunto de millones y millones de datos que generamos día tras día de forma digital y que permiten extraer estadísticas valiosísimas – promete tener un enorme impacto, ese es sin duda el del turismo. Lo apuntan todos los estudios sobre la materia, incluyendo el que ocupa nuestro post de hoy: Big Data: retos y oportunidades para el turismo, publicado por el Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat.tur). ¿En qué se traduce esta conclusión? Pues en que, inevitablemente, las empresas de esta rama tendrán que invertir -si no lo hacen ya- en estrategias relacionadas con el big data para no perder ritmo de crecimiento ante el tsunami digital que se avecina. Se trata, además, de una oportunidad sin precedentes para renovar el modelo de relación con los clientes, navegando hacia una fórmula más humana e innovadora.
Y es que, tal y como señala el estudio, el viajero de hoy en día busca una experiencia personalizada, integrada y continuada, que tenga apoyo en opiniones, recomendaciones, motivaciones particulares… y esa búsqueda la expone de forma espontánea en Internet. Toda su planificación y búsqueda deja una huella digital que, sumada al resto de ellas y bien interpretada, puede servir para mejorar –gracias a empresas como la tuya- su experiencia y ponerle en bandeja aquello que busca antes de que lo haga un competidor. Hoy en día, con una buena estrategia, es posible sumar todos los datos procedentes de comentarios en blogs, correos electrónicos, libros y artículos digitales, transacciones económicas… y extraer pautas de consumo y preferencias de forma global.
¿En qué punto se encuentra el sector turístico?
A pesar de lo innegable de la importancia del big data para el turismo, lo cierto es que los datos reflejan que las empresas que lo integran se encuentran muy lejos de comprender el alcance de esta necesidad, y mucho menos de manejar las herramientas y la información que se desprende de la era digital en su provecho. Según el informe de Invat.tur, los profesionales del sector turístico español señalan a la cultura corporativa como una de las mayores barreras para invertir en estrategias diferenciales de gestión de datos, sólo después del dinero. Del mismo modo, para cumplir ese objetivo, al sector le preocupa dotarse de un ‘data scientist’ –es decir, de la persona que consigue sacar información de provecho del big data- que comprenda realmente y extraiga valor de la información; menos preocupación les despierta acceder a la tecnología necesaria.
El resultado, en este sentido, es un poco desalentador, y demuestra que el gran reto de la transformación digital siguen siendo las personas y los principios que las mueven, por encima de las propias herramientas que se van creando. De hecho, ese desconocimiento –y ese escaso afán por conocer- provoca que muchas empresas hayan fallado de lleno en sus estrategias. ¿Por qué? Por haber invertido en ocasiones en prometedoras soluciones informáticas, casi siempre externas, que luego han resultado menos útiles de lo esperado. Es decir, por tratar de sacar el problema de la nueva era fuera de sus filas, delegándolo a terceros sin asumir que la era digital supone –debe suponer- un cambio de mentalidad para toda la empresa. Probablemente también un cambio del modelo de negocio en sí mismo, más orientado a la personalización de la oferta.
Eso sí, hay motivos para la esperanza. El mismo estudio demuestra que un 13% de las empresas invirtieron el pasado año en proyectos de grandes datos. Es más, sólo en 2014 se reconocieron más inversiones que en los cuatro años precedentes, fundamentalmente en infraestructura y analítica. Además, el 54% de los negocios consultados considera que una estrategia de big data compensa la inversión o esfuerzos necesarios para su implantación. Cuando nos movemos hacia empresas de más de quinientos empleados, ese porcentaje supera incluso el 82%.
Es un primer paso, aún conservador, en el camino adecuado. Por ahora, las empresas del sector turístico se centran más en analizar y extraer conclusiones para optimizar costes que de lanzar soluciones verdaderamente rompedoras e innovadoras. Pero todo llegará. Estamos convencidos de que no queda excesivamente lejos el día en que el big data ayude a adelantarse al mercado, como si de una bola de cristal se tratara, prediciendo la demanda y permitiendo a las empresas del sector turístico adaptarse a ella. Tampoco el día en que el big data se convierta en la mejor herramienta para captar y fidelizar clientes, mejorando a su vez la reputación de la empresa. Es más, tenemos claro que esa maduración del big data como herramienta para el turismo traerá de la mano unas nuevas reglas del juego para el sector al completo que, por ahora, siguen siendo desconocidas.
En definitiva, queda un largo camino por recorrer, muchas estrategias por probar y muchos errores por cometer hasta dar con fórmulas realmente innovadoras que marquen la diferencia. Por eso el camino es tan atractivo para empresas como la nuestra, y por supuesto para las que se dedican al turismo: con un poco de creatividad y las herramientas adecuadas, ¿quién sabe qué nos deparará la nueva era digital?
http://www.slideshare.net/invattur/estudio-big-data-retos-y-oportunidades-para-el-turismo
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