El marketing de contenidos se ha hecho un hueco en el mundo del marketing con mucha fuerza en los últimos años hasta convertirse en una de las disciplinas más de moda en la actualidad. Consiste en la creación de contenido relevante y valioso, orientado a atraer a un público objetivo bien definido con la finalidad de convertirlo en futuros clientes. En esta línea, son muchas la empresas que han decidido lanzarse a generar este tipo de contenidos y buscar a través de él un posicionamiento en el mercado.
Un problema clásico consiste en crear contenido sin planificación de las temáticas que van a tratarse y sin marcar un objetivo final
Sin embargo, como en cualquier técnica innovadora, son varios los errores que las empresas cometen a la hora de producir este marketing de contenidos y que no les permiten aprovechar al máximo las oportunidades que esta técnica ofrece. Estos son los 6 errores más comunes que puedes cometer:
- Despreciar el trabajo del profesional del marketing. Es muy habitual delegar este tipo de tareas en personal no cualificado –como el clásico caso del familiar que gestiona la cuenta de una determinada red social-. El marketing de contenidos es un compendio de técnicas y habilidades que hacen que no cualquiera sea apto para desarrollarlo, al menos no si se quiere sacar de él el provecho hacia el que está enfocado.
- La ausencia de planificación. El marketing de contenidos requiere, al igual que cualquier otro ámbito empresarial, de una estrategia estructurada y enfocada hacia unos objetivos concretos. No se trata de generar contenido por generar; éste debe estar ligado a los intereses de la empresa. Con el marketing de contenidos no se busca tan solo compartir una información concreta con el cliente potencial, sino establecer una imagen propia como marca: una identidad.
- Confundirlo con publicidad directa. El contenido que generemos no puede consistir en una venta directa de nuestro propio producto: eso es publicidad, no marketing de contenidos. Una vez más, el fin de esta técnica es crear contenidos relacionados con la empresa que puedan interesar al potencial cliente y así acercarlo a ella.
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- Las expectativas. Uno de los problemas a los que se enfrentan las empresas son las altas expectativas con las que se comienza la creación del marketing de contenidos. No siempre es sencillo dar con la tecla ni cualquier contenido se convertirá en viral. Es un trabajo ‘de hormiga’, en el que los frutos se apreciarán a través de la constancia.
- La impaciencia. En la misma línea que el punto anterior, son muchas las empresas que esperan que a través de unas pocas publicaciones se alcancen los primeros puestos de Google. Lo que se busca con el marketing de contenidos es crear una imagen corporativa, una identidad, y ésta lo construye el conjunto de todos los contenidos que generemos.
- El temido ‘spam’. Cuando una marca cae en los errores anteriores, sus contenidos acaban convirtiéndose en carne de ‘spam’. Un contenido aburrido, repetitivo o que no aporte nada al usuario está irremediablemente destinado a no ser leído y a no ser apreciado, y con ello la marca que está detrás.
La impaciencia se convierte en el peor enemigo de las empresas: no basta escribir un par de post para colocarse a la cabeza en Google
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